¿...y el viento tiene sombra?
Y luego ella sonrió como lo hacen los niños a los que se les promete un acertijo o un truco de magia... Apuré el último sorbido de café y la contemplé en silencio unos instantes.
Pensé en lo mucho que deseaba refugiarme en aquella mirada huidiza que se temía transparente, vacía.
Pensé en la soledad que iba a asaltarme aquella noche cuando me despidiese de ella, sin mas trucos ni historias con que engañar su compañía.
Pensé en lo poco que tenía que ofrecerle y en lo mucho que quería recibir de ella.
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